7 Febrero 2021
Cuando estudiamos acerca de avivar el fuego nos encontramos con algo importantísimo, el amor, si no trabajamos en ello, no podremos nunca ver ese fuego arder en nuestras vidas.
Hace muchos años junto a mi esposa e hijos nos fuimos a trabajar a una ciudad costera, éramos jóvenes e inexpertos, pero teníamos toda la intención de servir a Dios, como era de esperar las cosas no marcharon bien, y mi esposa y los dos niños tuvieron que regresar a la capital, no sabíamos cuánto tiempo estaríamos separados, así que al paso de los días, cuando me arrodillaba a orar, el cuarto donde estaba parecía cada vez más grande, la soledad me estaba desesperando, una noche empecé a hacer una pataleta con Dios, y le decía que me trajera a mi esposa, aunque sea para pelear (para pelear necesitas compañía, al estar solo hasta eso hace falta), le decía que la amaba mucho, que por favor le trajera, Dios empezó a hablar a mi corazón y me preguntó: -¿Amas mucho a Marlene?- a lo que sin pensarlo le respondí ¡Sí señor!, inmediatamente me preguntó: -¿Has hecho alguna vez una pataleta por mi como la estás haciendo por tu esposa?-, tuve que quedar en silencio pensando que realmente nunca había estado llorando y gimiendo por su presencia cómo lo estaba haciendo por ella, con vergüenza le respondí que no, a lo que Él me dijo, Miguel vas a aprender a orar y tener comunión conmigo, a partir de ahora no me vas a pedir nada al orar, únicamente me vas a decir que me amas…
¡Aprender a orar!, ¡es ridículo! soy un pastor y enseño a las personas a hacerlo, pero si eso es lo que quieres lo haré, pero empecemos mañana que tengo sueño, le respondí. A la mañana siguiente, me arrodillé a orar, solamente iba a decirle que lo amaba y lo especial que es para mi, cuando pasaron 5 gloriosos minutos no tenía nada más que decirle, me quedé atónito al ver que no tenía nada más en mi corazón para expresarle, realmente tuve que aprender a orar y amarle de verdad, pasó mucho tiempo para orar nuevamente cómo Él me pedía, pero te digo que hoy en día paso más tiempo adorándolo que pidiéndole cosas, me gusta sentarme con Él y disfrutar su compañía, disfrutar de su amor y aprender de Él.
Si queremos avivar el fuego del don, tenemos que avivar el amor en nuestras vidas, si tu no amas de nada te sirve, así des tu vida por los demás, será solamente una pérdida de tiempo y energía, pero si amas, lo más pequeño que hagas, tendrá fruto en esta vida y en la venidera, cuando prendas ese fuego del amor verás cómo todo lo demás empieza a arder también, hoy en día las iglesias parecen cementerios llenos de buenas acciones, y actividades que aunque tiene apariencia buenas no son más que obras muertas, que sirven para quemar como hojarasca.
Los Pastores deben amar a los miembros de la iglesia, los cristianos debemos amarnos los unos a los otros, y así callaremos la boca de muchos que únicamente nos señalan y acusan de no servir para nada, la gente tiene que reconocernos por el amor que nos tenemos los unos a los otros, no solamente por ser verdugos de todo lo malo que ocurre a nuestro alrededor.
Seguiremos en otro momento viendo otras cosas que debemos hacer para avivar el fuego del don de Dios
1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-3
Pastor Miguel Ángel Tavera Escudero